¡¡¡Felicidades!!!Su amigo, Eduardo Jimenez Fernandez.
"10, 9, 8, 7..." El reloj descontaba los segundos tan lentamente que Ingrid se desespero. Queria gritar, huir, correr; y no era que comiera ansias de comenzar otra vida, un año nuevo de esperanzas, virtudes y deseos... sucede que a la media noche su ilusion se terminaba y debia volver a postrarse sobre aquella columna vigilante en la iglesia de Montmartre, en Paris... donde trabajaba como Gargola centinela.
2 comentarios:
Por fín se acabó. Me dejo buenos momentos y otros muy malos los cuales es mejor olvidar y aprender de ellos. Un abrazo.
Si mano... siempre pasa asi pero la idea es continuar y no voltear atras a menos que sea necesario.
Un abrazote Octavious y gracias por la visita.
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