jueves, 11 de diciembre de 2008

MUERE EL CENTRO... PERDEMOS TODOS (A 2 MESES).

“Con la salida de Miguel Castillo renunciaron otras 14 personas y al final la redacción sufrió una desbandada.
Al final tuvimos tres causales principales que motivaron el cierre: primero, la resistencia de muchos reporteros ante el proyecto; segundo, la redaccion creció y se convirtió en un área muy cara, y tercero, el encarecimiento del papel y la crisis económica. Se tomaron medidas preventivas, como disminuir la plantilla y las páginas, pero no fue suficiente. Entonces Notmusa revisa sus costos de operación a mediano y largo plazos y se complica la viabilidad por el coste y se toma la decisión de cerrar”*.

Salvador Camarena, ex director Periodico El Centro*.

http://www.etcetera.com.mx/pag12ne97.asp


Con la muerte de El Centro perdimos todos.
Luis Guillermo Hernandez.
Perdió Miguel Castillo, uno de sus creadores, quizá el más independiente, audaz y crítico editor de periódicos de su generación, quien por la osadía de intentar la libertad absoluta, por su confianza ciega en una independencia editorial que aún no tiene cabida en un país como éste, ha debido pagar con silencio, con una marginación de los medios que tendría que avergonzarnos a todos los que formamos parte del periodismo mexicano.
Perdió Carlos Flores, empresario editorial que nunca tuvo claro el terreno que pretendía pisar con su proyecto, con su propuesta de “info-entretenimiento”, en un momento social y político crítico en que todos estamos sometidos a gobernantes y empresarios oligarcas, enanos, que exigen adherencias sin titubeos, militancias sin raciocinio, que se erigen en dueños de todo y de todos, y controlan, apabullan, intentan aplastar.
Perdió Salvador Camarena, un hombre bueno en esencia que, a los ojos de quienes en algún momento lo pudimos considerar un maestro, va empequeñeciéndose con cada traspié, con cada yerro, develándose como un hombre torpe unas veces, desvergonzado otras, dictadorzuelo indolente del trabajo y el esfuerzo de sus pares, como nunca pensamos que se permitiría llegar a ser, como su propia trayectoria tendría que haberle impedido llegar a convertirse, como su gran talento tendría que haberlo evitado.
Perdimos los reporteros y editores que salimos de ahí la mañana del martes 16 de octubre de 2007, convencidos del fracaso de la libertad, y orillados, algunos por enésima ocasión, a buscar acomodo en cualquier parte, casi convencidos de que un proyectos de conciencia no tiene cabida en el periodismo mexicano.
Perdieron los reporteros, (fotografos) y editores que llegaron ahí tras esa misma mañana de octubre de 2007, porque su talento y su esfuerzo incuestionables estuvieron siempre sometidos al peso de la sombra de una censura, de un denuesto, de un gritoneo, de un estigma de condescendencia.
Perdieron los diseñadores, redactores, correctores, ilustradores y la planta de creativos talentosísimos de una redacción que, desde las tardes de octubre de 2006 hasta el sábado pasado, planearon y ejecutaron el día a día de un proyecto que nació entre las burbujas de una Moët&Chandon enfriada en bolsas de supermercado, y vino a morir una mañana fría de octubre, casi en el olvido.
Perdió el periodismo mexicano, porque con esta muerte continúa la escalada de depreciación de periodistas talentosos y entusiastas, jóvenes la mayoría, que van diluyéndose en el desasosiego, la apatía, la claudicación, cuando este país más los necesita, cuando estos pésimos gobiernos, estos desfachatados gobernantes enanos de todos los partidos, más necesitan de la crítica, del ojo observador, de la pluma denunciante, para que no terminen por devorar lo que queda de vivo en México y en su pueblo.
Con la muerte de El Centro perdimos todos, los que estaban ahí y los que nos habíamos ido, los que lo leían y los que dejaron de leerlo.
Con la muerte de este proyecto se cierra un poco más el cerco de esa sigilosa guillotina que nos circunda.
Dolámonos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, perdimos todos y nadie. Yo, simplemente, admiro el valor de los que por decisión propia tuvieron el suficiente coraje para no dejarse pisotear y se marcharon antes de que los corrieran... A dos meses, me duele aún que las cosas no marchen nadie bien en esta empresa, y todo siga de mal en peor...

Ulysses dijo...

Mmmmmmm .. cómo dijera mi chamaco .... ! Interesante !!! No coments.