Ernesto no podia dormir, imaginar que el amor de su vida se acostaba con otro le marchitaba el corazòn pero nada podia hacer... solo dejar de pensar, de imaginar y suplicar entre sus sabanas que aquella tortura terminara. Y asi pasaron meses y años hasta que la volvio a ver mientras viajaba en el metro, ella ya con un niño entre los brazos... entonces sin saberlo ni sentirlo sus ojos se cerraron y se dedico a dormir por y para siempre...
Reír para no llorar
Hace 8 meses