A Carla le gustaba mirarse todos los dias en el espejo para cerciorarse de que su amor no se habia ido, de que su corazon latia, de que una parte de ella -la mas hermosa- seguia ahi como una sombra. Entonces llego la mañana en que Carla no se volvio a asomar al espejo de cristal, en que tendida en su cama se dedico a suspirar entre sabanas de remolinos tersos y besos adquiridos entre sueños...
Reír para no llorar
Hace 8 meses
1 comentario:
Esta me gusta más que la anterior... por cierto, que poético. Felices fiestas!
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