Erase una noche como esta en que Otto no podia dormir y daba vueltas y vueltas tratando de pescar algun sueño como trucha en el rìo, hasta que cayo. Fue de madrugada.
La Luna se escondia detras de un manto purpura y unas olas lejanas se hacian escuchar, entonces las buenas noches sonaron mientras un leve canto se oia a pocos pasos. Era el mar, un mar dispuesto a detenerse... Cada vez que Ana aparecia.